jueves, 5 de noviembre de 2015

¡En Granada es posible se estrena por fin!


La próxima semana nuestro documental sobre la música Granadina verá la luz por fin. Doble premiere, de la mano de Kinépolis, que lo estrena en sus salas de Granada y Madrid, y por otro en el Festival Iberoamericano de Huelva, donde inicia su andadura por festivales.

Hace unos meses tuvimos una reunión con los más allegados del proyecto en el que pudimos hacer un discurso para agradecer a todos su participación en la película. No es nuestra intención repetir la parrafada por sistema, pero queríamos dejarlo colgado en el blog para que todo el que quiera pueda leerlo y encontrarse. Hay un poquito de todos los que han seguido el proyecto aquí. Así que gracias a todos de corazón. Os lo dejamos a continuación.



"En primer lugar queremos daros las gracias a todos por estar aquí. Todos los que estáis hoy, y muchos de los que faltan, habéis contribuido a que este documental sea una realidad. Os vamos a pedir unos minutos previos a la proyección para decir unas palabras en esta noche tan importante para nosotras. Os pedimos disculpas de ante mano por si olvidamos mencionar a alguien, ha sido un camino largo y hay mucha gente a la que agradecer.

La historia de cómo surge este proyecto la hemos contado muchas veces; podéis culpar a nuestros padres por convertirnos en unas frikis del cine y de la música desde pequeñas. Pero lo que importa hoy es cómo esa idea, ese sueño imposible, ha podido tomar forma. Y ello se debe sobre todo a un equipo increíble que nos ha acompañado todo este tiempo.
Cuatro años es mucho tiempo. Hemos pasado por todo lo que se puede pasar al hacer una película. Fuimos dándole forma a todo desde cero sin un nombre que nos respaldara, y sin una gran productora detrás, pero nos podían las ganas.
Por el camino quedan muchas noches de insomnio, lágrimas, risas, jornadas interminables, llamadas telefónicas más que insistentes, rodajes a contrarreloj, reuniones interminables, criticas, aplausos, zancadillas y manos amigas. Y todo desde que nos decidimos y liamos a unos Mutantes, Loris y Esclavos para grabar una muestra de lo que podía ser "En Granada es posible".
Nos plantamos en Granada con equipo mínimo, engañando a Aitor, Raquel, Bienve y Mónica, y prometiéndoles que probarían las famosas tapas de Granada (aunque los caterings de mantenimiento de los rodajes han corrido a cuenta de la familia y amigos, que nos han hecho empanadas, tortillas, filetes empanados... para que no faltara de ná). Os podéis imaginar cómo se pusieron el día que los llevamos a comer a La Ruta del Veleta (patrocinador)...casi lloran.  
Estamos muy contentas de tener hoy aquí a parte de nuestro increíble equipo, y echamos en falta a todos los que no están, porque ha sido un rodaje muuuy largo, y con mucho trabajo. Muchas tardes y noches de reuniones con Mónica Mateo, jefa de producción, que lo mismo te monta un rodaje y te estira el presupuesto como nadie, que se pelea con un camarero para conseguir una factura. Aitor Uribarri, director de fotografía, Bienvenido Valdivia, Operador y colorista, Adriana Vera, ayudante de dirección, Raquel Caridad, nuestra sufrida jefa de sonido, que ha conseguido que a todos los músicos granaínos se les entienda al hablar...yVirginia Herrador, Hugo Serra, María Grande, César Belandia, Mikel Santamaría, Álvaro Jiménez “Tukín”, María Solans, Matyssa, Paloma, Carol  el equipo de Tg7, los alumnos de la Escuela Arte Granada, los chicos de Zebra, Begoña Olavarrieta y muchos más.

Y muy especialmente en la última y sufrida etapa del montaje, a Isabel Muradás y Sara Calatrava, montadora y ayudante de montaje y operadora, y etalonadora respectivamente. En este proyecto hemos podido contar con su valía a lo largo de todo este tiempo. Además de equipo, y sorprendentemente después de esta aventura, somos amigos, y estamos felices de haber vivido todo esto con cada uno de vosotros. 

Está claro que sin todos ellos, no habría sido posible. Pero tampoco habría tenido ningún sentido si los protagonistas de esta historia no hubieran creído en el proyecto. Aquí hay mucho que agradecer también a los 15 grupos que subieron al escenario esa noche, a todos los que habéis grabado una entrevista con nosotras, dándonos el material para contar la historia. Gracias a todos y cada uno de vosotros y en especial a Miguel Ríos por su generosidad para con el proyecto y con nosotras; a Jose Ignacio Lapido, que se dejó secuestrar varias veces para entrevistarle con la mejor disposición, y a toda su banda; a Napoleón Sólo por ese tinte de ternura y buen rollo que aportan; a Royal Mail y Pájaro Jack por su contagiosa positividad; a Lagartija Nick y en especial a Antonio Arias y sus teorías...
A Los Esclavos por lanzarse a ciegas con nosotras los primeros, al igual que los Lori o que los Mutantes, nuestros niños, que han hecho mucho por nosotras y por la idea desde el principio, incluso cuando era más fácil no creer.
A la Guardia y a Los Ángeles por responder siempre, y en especial a Carlos Muñoz, por estar ahí siempre para echar una mano y creer en nosotras. Aquí le damos también las gracias a MClan, y en especial a Carlos Tarque y a Ricardo Ruipérez, por confiar en nosotras y abrirnos tantas puertas. A Eric Jiménez que nos ha seguido y apoyado desde el principio; a Jose Nortes, Jota y a Los Planetas, Jose Antonio García, Guerreo García, Tnt, Los cero al completo, nuestros queridos Lemon Parade, Miss Caffeína  y  Quique González... Gracias gracias y mil gracias a todos por poner vuestro talento al servicio de esta historia.
Vamos acabando con mención obligada a Eduardo Tébar, que contuvo los nervios para hacer una gran entrevista, y Juanjesús García, que nos ha ayudado de manera inconmensurable con todo, siendo siempre un apoyo, y sobre todo haciéndonos el regalo de participar en el documental. Gracias también al resto de medios y periodistas que nos han dado eco, muchos y buenos.
Gracias al Ayuntamiento de Granada, a la paciencia de Juan, Jose Luis, Rosa, Rocío, Jesús y nuestro querido Juanfran. Al Instituto Andaluz de La Juventud con el postivo Guille. A la Diputacion de Granada, a Nelia y Willy. A la Universidad de Granada y a todos los patrocinadores que han abierto sus puertas a nuestro sueño y han escuchado nuestra idea con pasión: Grupo Cuerva, Escuela Arte Granada, Wesser, El Corte Inglés, Hummel y todos los demás.

Ahora llega otra parada esencial. Que me acuerdo de cuando Mariajo decía, "Tenemos que pillar un promotor para el concierto" y yo decía "Que no...que eso lo podemos hacer nosotras...." Claaaaro...Y en ese punto aparece Fernando Novi, el malafollá de Novi, que ha vivido con nosotras otra etapa muy muy dura: organizar el concierto, con todo lo que conlleva y que es incontable (nunca más)... Había días que nos rifábamos a quién le tocaba llamarle, lo teníamos frito al pobre. Pero al final estas cosas unen, y de todo ese caos, salió un amigo.  Con Novi llega el equipo de Wildpunk, a cual mejor!  Enka, Carlos, Carmen...magníficos como profesionales y como personas. Y metemos en este grupo a Carlos Hernández, el productor de las mezclas del concierto, que siempre tiene una sonrisa para nosotras, por muy pesadas que seamos.

Aunque parecía imposible, y las migrañas se acumulaban, llega por el fin el concierto, y después de recuperar un poco las fuerzas, nos metemos de lleno en el montaje, conseguir más financiación, y otro campo más que desconocido: derechos fonográficos y editoriales, que nos sonaba a chino. Aquí tenemos que agradecer a David Bonilla de Warner Music su inestimable ayuda a lo largo de este último año, por facilitarnos las cosas, y creer en el proyecto. Gracias por ende a Sony, Universal, Plus Music y Bmg por ayudarnos con los permisos, y a todos los grupos por dar vuestra aprobación y vuestra generosidad.
Todo lo que ha pasado hasta el día de hoy lo hemos llevado lo mejor posible, unas veces mejor que otras, pero siempre con el apoyo de nuestros amigos y familia.
Gracias a nuestros padres siempre, por su apoyo incondicional, a nuestros hermanos: a Manolo y a ese Juanito que se ha recorrido Granada para estar donde no llegábamos en medio de la locura que ha sido hacer la labora de directoras, productoras, financiadoras, promotoras...Gracias al resto de nuestra familia, la que apoya y cree.
Gracias a Loli, Rocío, Ana, a todos los Chupis (Eva, María, Chuso, Teno, Pablo, Julia, Adri y Raquel), y la gente de Wesser (Marta, Anto, María, Ainho, Dani, Eze); gracias a todos los amigos que nos habéis dado siempre vuestro apoyo.
 Y gracias también a todos los mecenas que han colaborado con el proyecto, a todos los que nos seguís en las redes y veis nuestras historias o siempre tenéis un “like” (Fátima Sáez, Vino Canino, Desi Huertas, Sandra Ortiz…y muchos más).

"En Granada es posible" es la historia de una ciudad y sus músicos. Aquí no están todos, porque por suerte hay tantos que sería imposible incluirlos en un 90 minutos. Pero es el homenaje que como granadinas enamoradas de nuestra tierra, hemos querido regalar a todo aquel que ha contribuido a que nuestra ciudad tenga música. 


domingo, 1 de febrero de 2015

¡QUE ARDAN LAS CALLES!


Aquí os dejamos las reseñas de Eduardo Tébar y Blanca Durán, dos periodistas que han querido compartirnos sus impresiones tras ver "Las calles siguen ardiendo". 
Si aún no lo habéis visto, quizás su visión os anime a hacerlo.



EDUARDO TÉBAR


Eduardo Tébar es periodista y crítico musical. Trabaja en el grupo de prensa de Vocento y colabora en las revistas Efe Eme y Mondosonoro. Es una de las firmas de la colección de libros “Cuadernos Efe Eme”.

                Pues sí, han pasado veinte años. Como si nada. Y no, el socorrido tango de Gardel se queda corto para resumir la historia de M-Clan. «Tenemos asumido que para el público siempre seremos los de Carolina… Afortunadamente», admite en la película el guitarrista Ricardo Ruipérez, cofundador con el cantante Carlos Tarque del grupo murciano. Primer misterio: ¿cómo es posible alcanzar la longevidad con una versión de Rod Stewart como bandera? Segundo: ¿cómo pasaron de ensayar entre bandos de la huerta a grabar en Memphis en cuestión de minutos? Tercero: ¿cómo sobrevivieron a la marcha de Santi Campillo, el megaguitarrista que cimentó su arrollador muro de sonido? Y cuarto: ¿por qué siguen ahí, anclados en un rock que huele cada vez más a viejo mientras se recicla el mercado de las tendencias?

Las respuestas a estas y otras cuestiones se desvelan en el documental Las calles siguen ardiendo, dirigido por las hermanas María José y Cristina Martín Barcelona —Lasdelcine—, con las que M-Clan empatizaron durante el rodaje del titánico proyecto En Granada es posible. Una narración dinámica y completa. Conviene recordar que la banda nació en una ciudad de provincias en la primera mitad de los noventa. Los gigantes de La Movida andaban perdidos de resaca mientras se gestaba el primer indie español. Y en estas aparece M-Clan: entusiastas del rock sureño de Estados Unidos, émulos orgullosos de The Black Crowes. Citan a Los Rodríguez como referente directo en España inicios. Y los compañeros del gremio analizan la trayectoria con voluntad de sacar conclusiones: Ariel Rot, Fito Cabrales, ‘El Drogas’, Leiva… Y un rotundo Miguel Ríos: «como vocalista, Tarque hubiese jubilado a toda mi generación».

Hubo más, claro. La mano milagrosa de Alejo Stivel, el productor que los impulsó a las listas de éxitos bajo una premisa audaz: convertir a M-Clan en «la mejor banda de hace setenta años». Luego llegó Carlos Raya «un guitarrista que toca en diez direcciones»—, hasta el final feliz, un presente de gloria estable con hondo sabor a soul. Lo confirma David Bonilla, A&R de Warner, que ha visto evaporarse a unos cuantos músicos. El binomio Tarque-Ruipérez funciona como las parejas de largo recorrido. Como esos chavales que hablaban de AC/DC en el cuartel de artillería de Murcia. Vivencias y protagonistas. Todo M-Clan en un filme.



Blanca Durán
Periodista cultural apasionada de la música y el cine. Durante cinco años ha dirigido la sección de Cultura del diario Granada Hoy, ha colaborado en MondoSonoro y hace algo más de un año co-fundó la revista digital MyMadness.
  
Lo divino (y humano) de una banda de rock

                      Muy pocas veces el público tiene la oportunidad de adentrarse hasta lo más íntimo de una gran banda de rock y conocer qué les apasiona, a qué temen, por qué tomaron en un momento determinado una buena o una mala decisión o cómo afrontan el lanzamiento de cada nuevo disco. Acostumbrados a documentales de rock cuyo hilo argumental son los griteríos de fans y la larga colección de hits y discos de oro del grupo en cuestión, resulta maravilloso descubrir Las calles siguen ardiendo, un trabajo que enseña el lado divino, pero también el humano, de una banda con tanto que contar como M-Clan.

Con Las calles siguen ardiendo ya van unos cuantos trabajos con la música como protagonista firmados por Lasdelcine, la productora de las hermanas Cristina y María José Martín Barcelona, que en esta ocasión vuelven a sacar el máximo partido a lo estrecha que es la relación entre cine y rock.

El documental sigue muy de cerca la carrera de la banda murciana M-Clan desde sus inicios, cuando se hacían llamar El Clan de los Murciélagos y militaban en un estilo más cercano al rock sureño, hasta la actualidad, en la que el tándem formado por Carlos Tarque y Ricardo Ruipérez flirtea con el soul y el blues y es uno de los más consolidados y respetados de la escena nacional. Integrantes del grupo como Carlos Raya o Coki Jiménez; músicos amigos como Fito Cabrales, Miguel Ríos, Ariel Rot, José Ignacio Lapido o Leiva, y los propios Tarque y Ruipérez reconstruyen en esta producción la historia de la banda a través de anécdotas,  recuerdos y mucha música.

Las calles siguen ardiendo recopila una enorme cantidad de imágenes inéditas de la banda, actuaciones en pequeños clubes y grandes festivales, entrevistas…, en lo que ha debido ser todo un ejercicio de ‘arqueología’ musical. Tal y como asegura la banda, el documental acerca al público (fan o no) una visión general de las diferentes etapas –con sus momentos de luz y de sombras- que marcan siempre a un grupo de éxito. Recordamos cómo la versión del Serenade de la Steve Miller Band -que ellos denominaron Llamando a la Tierra- los puso en el punto de mira de crítica y público, cómo Alejo Stivel fue el productor que mejor comprendió todo el potencial que tenía el grupo, cómo la voz de Carlos ‘Stewart’ Tarque es perfecta para el registro que se proponga o cómo grabar un acústico en directo a veces puede ser la mejor decisión para una banda esencialmente eléctrica.

M-Clan pasa también en este documental por los temas más controvertidos de su historia, como su distanciamiento con el guitarrista Santi Campillo –su solo a la guitarra en Carolina es y será, pese a todo, unas de las enseñas de la banda- o la muerte del bajista Pascual Saura, uno de los grandes varapalos para el grupo.

Con vivacidad y chispa, Lasdelcine cuentan una historia sobre cómo es reencontrarse con la propia voz, afrontar el éxito, reinventarse, madurar, saber abrirte a nuevas influencias sin renunciar a tu propio estilo, dejar cosas por el camino, aligerar el equipaje, redescubrirte, volverte a apasionar… Una historia de rock al fin y al cabo, que no ha hecho más que escribir sus primeras páginas. Estaremos atentos a la continuación.


miércoles, 21 de enero de 2015

TODO VA A CAMBIAR PARTICIPA EN EL FESTIVAL DE VIDEOCLIP CARA-B



Este vídeo no solo ganó el premio al Mejor Videoclip del año en EL PERFIL DE LA TOSTADA http://www.elperfildelatostada.com/2014/12/lo-mejor-2014.html

Si no que ahora también participa como candidato a Mejor Videoclip en el FESTIVAL CARA-B!!



Os dejamos el enlace por si os gusta y os apetece votarlo y compartirlo:

http://a.cstmapp.com/voteme/7934/615674278

MUCHAS GRACIAS!!!!!!!

viernes, 21 de noviembre de 2014

OTRA HISTORIA DE MCLAN


La reflexión que hoy os dejamos la teníamos reservada para una ocasión reseñable, que esta semana se presenta tras las 6 candidaturas de "Las calles siguen ardiendo" a los Goya. El resto del camino hasta la nominación es incierto, pero sería una pena no disfrutar del momento.

Así que os dejamos con nuestra particular visión de lo que fue llegar hasta aquí.



Lo mejor que nos pueden decir al terminar de ver “Las calles siguen ardiendo” es lo que me dijo un amigo hace poco: “me habéis generado la necesidad de escuchar a Mclan”. Una frase que empieza a ser popular en las impresiones de los espectadores.

No puedo imaginar crítica mejor para un proyecto como este, en el que el fin es contar una historia, la historia de Carlos y Ricardo, los MCLAN. Hablar de la banda Murciana implica contar la de mucha gente más, la de todos los que quedan reflejados en el metraje, y la de aquellos que no aparecen en los títulos de crédito, ni pertenecen a su círculo más íntimo o su entorno profesional. Me refiero a todos los que han seguido su trayectoria, que han escuchado sus discos una y otra vez, y han hecho de su música la banda sonora de sus recuerdos.

Es ahora cuando me tomo el respiro que no me permití tomarme en medio de toda la aventura que supuso hacer el documental, para pensar en mi Yo de hace unos años, la que descubrió a MClan algo tarde (lo cierto es que no los conocía desde su primer disco) a través de su “Llamando a la tierra”, bailando los fines de semana en “Tarantino”, el bar de moda por entonces para toda la chavalería granadina.
Intuía en ellos algo más que el hit del momento, escuchaba la voz de Tarque e imaginaba tras ella a una figura apoteósica como las que aparecían en las portadas de mis vinilos favoritos, se me antojaba una mezcla entre la silueta a contraluz de Bob Dylan en azul de un doble recopilatorio que tenía en casa,  y un Roger daltry saliendo al escenario de Woodstook ataviado de blanco. Algo de cierto había en mi intuición, aunque fuera por lo del pelo rizado.

El verano que entré en la facultad, para mi cumpleaños, sólo cabía un regalo posible para los que me conocían, dos si contamos la banda sonora de Platoon, con el Adagio for Strings de Barber que aún guardo como oro en paño, y que me fue a regalar un amigo amante de la música y compañero de tertulias que hoy en día se corona como uno de los mejores periodistas musicales de su generación. Tal había sido mi insistencia los últimos meses en escuchar una y otra vez el repertorio de “Sin enchufe” que había ido grabando poco a poco de la radio, que me regalaron dos copias. Para mi fue el disco definitivo para declararme su seguidora, para esperar cada nuevo trabajo con ansiedad por una nueva dosis, cuando guardaban un silencio que se me hacía prolongado aunque estuviera dentro de los límites naturales para componer y crear.

“Sin enchufe” estaba para mí a otro nivel, llamado a ser una referencia. Era mi disco para escuchar del tirón, y eso era mucho decir para alguien que se pasaba las tardes recorriendo la inmensa colección de vinilos de casa, seleccionando un tema tras otro que podía ir de King Crimson o Southside Johnny, a Neil Diamond. Perdí la cuenta de las veces que llegué a escuchar temas como “Los periódicos de mañana” o “Maggie despierta”, que por otra parte me alentó a conocer al gran Rod Stewart más allá de los discos “Baby jane” o “What i´m gonna do” que mi padre atesoraba en su colección, y que me sabía de memoria.

A pesar de que no es su disco más popular, y de que ensombrece si lo comparas con el magnífico “Memorias de un espantapájaros”, en el que cada tema es un regalo, “Sopa fría” es un disco al que tengo un especial cariño. Puede que “El hombre de las tabernas” sea mi tema favorito de M Clan, me desarma todo de él, desde la música a la letra, en conjunto me parece un tema muy cinematográfico, y es la banda sonora de aquél viaje a Lisboa con los que hoy por hoy siguen siendo mis amigos con mayúsculas. “Miedo”, aunque me encanta, me recuerda a la muerte de mi abuela, más por mi propia asociación, que siempre he necesitado de la música para procesar los avatares de la vida. 
Ya por entonces estaba en Madrid, en busca del sueño, sin embargo de esta época difícil, dura y maravillosa que (por suerte) se sigue alargando en el tiempo, tengo un especial recuerdo de “La Niebla”, que me atrapó desde el principio. Estoy muy segura de que parte de culpa la tuvo mi admiración por “Cumbres borrascosas”, a la que inevitablemente me traslada cada vez que la escucho. El páramo más insondable con la voz de Tarque resonando, ese violín cerrando el tema como una bruma espesa que funde a negro…Llegué a escucharla en el ipod unas cien veces seguidas a lo largo de un día, mientras me deslizaba de un recado a otro por Madrid. Adicciones de este tipo me dan muy de vez en cuando, esa necesidad de ponerla otra vez por si hay algo que se me ha escapado, prometiéndome a mí misma que una última reproducción y se acabó, y que me ha pasado con temas contados como “I´ll be your lover too" de Van Morrison, “I shall be realeased” de Bob Dylan o “Winter” de Joshua radin.

Son sólo algunos de los temas de Mclan que me han acompañado todos estos años, mis favoritos, que no quiere decir que sean los mejores, si no mi elección personal de un grupo del que me gusta todo. Tanto, que me imponía cierto respeto conocerles, desvirtuar la idílica imagen forjada a los largo de los años, que incluían gritos desatados en sus actuaciones, y hasta episodios en los que me acerqué a pedirles que me firmaran una entrada tras el concierto para mí y mi amiga.

Pero conocerles a nivel profesional, hacerles una propuesta que algunos artistas que admirábamos habían rechazado…eso era otra cosa. Traspasado el umbral del fan, entrando en la esfera de lo profesional, y sin apenas ningún credencial que pudiera resultarles atractivo a gente de su nivel, nos acercamos a un concierto de Jimmy Barnatán, con la promesa de que Tarque actuaría con él esa noche, y de que Jimmy haría las presentaciones después. Era la primera vez que abordábamos a un músico así. Con el resto habíamos tenido la opción del mail o del teléfono, lo que en los casos de rechazo lo hacía, por lo menos, algo más cómodo, pero en este caso no nos quedaba otra opción que ir hasta allí y tratar de convencerle.
Jimmy estaba empezando a cantar el primer tema del repertorio cuando Tarque se apoyó a nuestro lado en la barra para pedir. No sabré nunca de donde saqué el valor para presentarme y hablarle del proyecto. Por suerte Jimmy ya se lo había comentado y le interesaba. No podíamos creerlo, hablamos de “El último vals” y de lo que pretendíamos hacer, hicimos una pausa para que saliera a cantar “Mustang Sally”, y finalmente nos fuimos con un sí de Carlos Tarque para nuestro documental “En Granada es posible”.

El resto es más conocido, con una trayectoria más o menos lógica y fácil de entender: pasamos a grabar la entrevista para el documental, conocimos a Ricardo, luego tuvimos el concierto, y luego pensaron en nosotras para contar su historia. Tras toda esta historia, es más fácil hacerse una idea de lo que ha supuesto para nosotras firmar “Las calles siguen ardiendo”, no sólo por la responsabilidad que suponía y el respeto que nos imponía, si no porque son ya algunos años en la profesión, y una de las cosas que se aprenden (más si eres algo mitómano) es que los ídolos son sólo para verlos de lejos. La imagen que cada uno tiene de sus ídolos es propia, es personal y la percibe de forma distinta, por eso es muy difícil que se asemeje a la persona que hay tras el mito. Carlos y Ricardo son una rara excepción para esta consabida regla; en cuanto los conoces no necesitas al mito, lo puedes dejar en el escenario, donde debe estar, con ellos no necesitas agarrarte a su imagen como ídolo de masas para seguir apreciándoles, ellos hablan y les coges cariño, te hacen sentir a gusto y son entregados a la hora de trabajar: con esa irresistible y admirable esencia  de quien lleva tanto en esto, y sigue enamorado de lo que hace.


La primera noche que actuaban en el Price, tras una jornada de rodaje completita, estábamos entre bambalinas, situadas con nuestros cámaras en lados estratégicos del acceso al escenario para no estorbarles en esa entrada que se antojaba triunfal, como un canto a toda su carrera, con su grupo arropándoles, y ataviados de rojo y negro, con rollo, con ese sabor yankee innato, sin complejos, que tanto nos gusta. Se les veía verdaderamente grandes. Los observábamos embelesadas resguardadas en nuestro escondite, esperando para dar la señal a Willy y Sara, y tratar de atrapar esa entrada cuando, en medio de lo que sin duda tiene que ser un auténtico chute de individualidad y de absorción, en el que estás cegado por la situación, nos vieron. Nos vieron y se acercaron a darnos un abrazo y las gracias justo antes de entrar. Les deseamos suerte mientras subían los escalones a la gloria, y un estallido sonoro, unificado y aplastante los recibió. Su persona estaba hace un segundo con nosotras, y el ídolo, acababa de irrumpir.  

viernes, 14 de noviembre de 2014

La canción del fin del mundo



Cuando a un director de cine le gusta la música, se nota. Si además es capaz de fundir esta pasión con su obra, el resultado suele ser abrumador. Así, canciones ya de por sí emblemáticas, pueden quedar unidas a una imagen que las realce, y temas desconocidos para el gran público pueden acceder a la inmortalidad. La música y el cine son una de las combinaciones que más maravillas nos ha dejado a lo largo de sus encuentros, y conseguir la mezcla perfecta de ambas es todo un arte.
   
       


Antes de Scorsese, "Atlantis" de Donovan nos sumergía inevitablemente en el océano al escucharla, pero después de "Uno de los nuestros" pasó a ser el acompañamiento perfecto de una paliza de mafiosos con puñetazos ralentizados. La habilidad de Martin para conjugar música y cine trasciende los límites de la mayoría de los directores hasta la fecha, sus películas son un acierto continuo en lo que a canciones se refiere. No hay que olvidar que estamos ante el director de "El último vals" y "No direction home". 

Más discreto, pero con innegables destellos de este don es Oliver Stone, que con la guerra de Vietnam y política americana como temas fetiche, firma una de las secuencias más bellas y conmovedoras de la historia: la muerte de Elías (Willem Dafoe) en Platoon, cayendo con los brazos abiertos en el momento más álgido del "Adagio for strings" de Barber. Con ella dejó claro que este canon es la definición de desgarrador, y nos brindó una imagen inmortal para recordarlo.



Y si escarbamos un poquito en la pareja formada por la ópera y el séptimo arte, todos solemos acordarnos del coqueteo de Garry Marshall con La Traviatta de Puccini en "Pretty woman", cuando en mi humilde opinión, en este campo nadie ha podido superar a Norman Jewison con una oscarizada Cher caminando por las calles de Nueva York dando patadas a una lata, mientras un devastado Nicolas Cage sube el volumen de su tocadiscos y La Bohéme envuelve el amanecer de "Hechizo de Luna". 



El siempre transgresor Paul Thomas Anderson nos hizo a muchos el favor de presentarnos a la etérea Aimeé Man, que firmó la banda sonora de "Magnolia", participando en una de las secuencias más singulares del cine contemporáneo, en el que en medio de una tormenta de emociones, todos los personajes se ponían a cantar aquello de "Wise up", y el film se despedía de forma acojonante con "Save me", nominada a los oscars de ese año a mejor canción original. 

Pero esta categoría surgió años atrás cuando el (probablemente) mejor dúo de la historia compuso por primera vez un tema por encargo para una película. "Mrs Robinson" supuso un antes y un después para Simon y Garfunkel, como todas las secuencias en que sus canciones acompañaban a "El Graduado", destacando los enigmáticos semblantes de la bellísima Katherine Ross y un jovencísimo Dustin Hoffman subidos en el autobús al son de "The sound of silence".



Y con Katherine Ross tenemos que hacer parada obligatoria en "2 hombres y un destino", y reverenciar al maestro George Roy Hill por ese paseo en bicicleta con Paul Newman, Burt Bacharach y su "Raindrops keep falling on my head" sonando entre las tablas de madera de una valla por la que se cuela el sol. Lo que transmite esta escena, y cómo puede llegar a tocar al espectador, la convierte en una entre un millón.

Si por el contrario necesitamos un subidón de adrenalina, y estamos cansados del "California" de Rocky (y quien no lo esté, lo estará cuando vea en Rocky VI a Stallone subir las escaleras al final de su entrenamiento...con un perrito) podemos coger "The fighter" y disfrutar de la reinvención del entrenamiento del boxeador al son de "Can you hear me knocking" de los Rolling Stones, y de la entrada de Bale y Walbergh a contracorriente en el ring con su himno, materializado en la poderosa "Here i go again" de Whitesnake.

El maestro de los revivals en lo que a música se refiere es sin duda Tarantino, que en cada una de sus películas consigue lo imposible, desde que la dulce Nancy Sinatra nos cante la masacre de "La novia" a que un puñado de chicas muera a manos de El especialista Mike mientras tratamos de memorizar el nombre del grupo que canta su muerte con "Hold tight" 
(Dave dee dozy beaky mick & tich).

Tales son las maravillas que esta estrecha amistad entre cine y música ha ido dejando, y tal es el placer de verlas y escucharlas, que más de uno las visiona a menudo en youtube, o las agrupa todas en un dvd (en mi caso), para dejar que le atrapen de vez en cuando, y esbozar una sonrisa por esos minutos de paz y admiración ante algo perfecto. Y de entre todos esos tesoros que cada uno tenemos grabados en el recuerdo, y de los muchos que hoy se quedan en el tintero, yo me quedo con Cameron Crowe, que tras lucirse con Tome Petty o Bob dylan en Jerry Maguire, dejó clara su pasión por la música contando su propia historia en "Casi Famosos", con fórmulas perfectas a lo largo de toda la película, desde un autobús de músicos enfadados que es capaz de reconciliarse al cantar "Tinny dancer", a describirnos el amor tan sólo con "I wish i had a river" y un interminable estrechón de manos entre Kate Huson y Billy Crudup.

Hasta aquí mi lista de matrimonios acertados entre cine y música. No la he meditado mucho, ni he tratado de citar las mejores, tan sólo he ido saltando de una a otra según iba recordando, y os he dejado los carteles de muchas otras que se quedan para la próxima, ¡No hay prisa! 
Al fin y al cabo no estamos en la radio pirata de Richar Curtis, no somos Phililp Seymour Hoffman ni tenemos que elegir un último tema que pinchar antes de que el barco hunda, y aunque su elección de "Nights in white satin" para la última locución, seguido de la deliciosa "Wouldn´t it be nice" es más que acertada, seguro que todos tenemos pensada una canción para el fin del mundo.







Texto: Cristina Martín






miércoles, 22 de octubre de 2014

UN VERANO MUTANTE

Mutante es la palabra con la que describimos el que ha sido un gran verano para LASDELCINE... porque no hemos parado!!

Aún con la resaca de lo grandioso que fue el 15 de Marzo en Granada, y mientras visionábamos y visionábamos horas y horas de material de lo que a finales de este año será el documental EN GRANADA ES POSIBLE, nos vimos envueltas en dos maravillosos e irrechazables proyectos. De uno ya os hablábamos hace un par de post: LAS CALLES SIGUEN ARDIENDO, el documental de MClan que ya figura como nuestro primer largometraje editado y calificado.

Y el otro ha sido un proyecto al que no le podíamos tener más ganas: hacerle un videoclip a nuestros queridos NIÑOS MUTANTES!!!!!


El 5 de Mayo llegaba a las tiendas el nuevo albúm de la banda granadina con la que Lasdelcine entablamos amistad a raíz de su predisposición y compromiso en En Granada Es Posible. EL FUTURO es su octavo disco y está lleno de optimismo, de pasión y de temas tan increíbles como Robot o Hermana Mía... pero sobre todo, de TODO VA A CAMBIAR.


Este tema, que suena a lema, jeje, fue el que nos propusieron llevar a cabo en formato videoclip, así que nos pusimos manos a la obra... ¡¡y es imposible no enamorarse de esta canción!! Empiezan a sonar las primeras notas, poco a poco, como susurrando... y te va enganchando, embriagando... te enreda en un sentimiento de positividad y alegría que termina casi explotando en euforia... Una maravilla de tema vamos.

Con todas estas emociones a flor de piel, Lasdelcine nos dejamos llevar por ese sentimiento de que el cambio es posible, que el cambio va a llegar; y sumergidas en esa idea de que los Mutantes nos lo propusieran, decidimos que en el videoclip también tenían que ser ellos quienes lo detonasen.

TODO VA A CAMBIAR nos presenta una ciudad cualquiera con gente que tiene miedo o dificultad para afrontar esos cambios que todos necesitamos para salir adelante. Y por ello llegan estos guardianes, estos ángeles, estos Mutantes, para ayudar a estos personajes perdidos y desolados a que le echen valor y consigan alcanzar y aceptar este cambio.... Bueno, casi mejor que lo disfrutéis por vosotros mismos:

https://www.youtube.com/watch?v=Wb9aVqStRxY


Aunque no os lo creáis, el rodaje se reflejó igual que lo que veis en el vídeo, porque todo fueron facilidades, buen rollo y una magnífica predisposición por parte de nuestros queridos Juan Alberto, Nani, Andrés y Migue.


Dar las gracias, por supuesto, a nuestros actorazos Lydia Ramírez, Aitor Ferrón, Elenita Dejota, Javier Haro y Marcos Tinez, que se pusieron en nuestras manos sin dudar y dejándose llevar.

A todos esos maravillosos figurantes que estuvieron caminando por las calles y dando botes como posesos en ese precioso atardecer en la colina.

A nuestro equipo técnico, siempre dispuesto a dar lo mejor de sí con cualquier circunstancia o condición: Mónica Mateo, Sara Calatrava, Willy Jauregui, Amaya Cia, Sara Martínez, Arturo Salmerón, Chio Martinez, Mayte Gómez, Adrián Márquez, Paco Pascual, Rocío Tapia, Laura Del Dedo, Rocio Jiménez y Carlos Cia.

Sin olvidarnos de la valiosa colaboración del Hotel Carmen de Granada, Pilar Torrecillas y su tienda Dal Bat, Juan Francisco Gutiérrez, Cristina Barcelona (por su casa y su despacho... te queremos Mami!), Toni Nogueras, Jesús Haro y, por supuesto, a Josiño Carballo, mánager de los Mutantes, que nos ha apoyado desde el principio y con todo lo que estuviera en su mano.

PORQUE TODO VA A CAMBIAR!!!!




TEXTO: MARIA JOSÉ MARTÍN
FOTOS: NIÑOS MUTANTES, MÓNICA MATEO, LASDELCINE









lunes, 15 de septiembre de 2014

U2 EN EL CINE


Hace tan sólo unos días que uno de los grupos mas emblemáticos de la historia sacó nuevo disco, y lo regaló al público en Itunes. A pesar de que el anterior (No line on the horizon) y este último (Songs of innocence) no son de nuestros favoritos, U2 es nuestra banda por excelencia. 
Así que hemos aprovechado el lanzamiento para hacer un repaso por alguna de sus colaboraciones más destacadas para la gran pantalla. 




En el nombre del Padre (Jim Sheridan, 1993)

Empezamos por una colaboración de lujo en la que hacemos algo de trampa, pues en esta ocasión fue solo Bono, líder de la banda, quien preparó el tema del mismo título junto a Gavin Friday. 
Un tema cargado de raíces irlandesas, desatado y cargado de ecos desgarrados, que habrían de acompañar la desdicha y la injusticia sufridas por los cuatro de Guildford. 
Jim Sheridan se encargó de llevar al cine su historia, y al igual que el tema, tiene un comienzo silencioso que va cogiendo poco a poco la fuerza que el personaje de Gerry Conlon va adquiriendo en el momento en que decide luchar por sus derechos. La voz de Bono hacía el resto.




Gangs of New York (Scorsese, 2002)

A pesar de que la vapulearan en los oscars, la visión de Scorsese sobre la historia de Five Points, que tardó 10 años en poder llevar al cine, ya se ha convertido en el referente que merece ser. Scorsese no escatimó en ningún detalle para una de sus obras más ambiciosaS: Construyó toda una ciudad en un estudio (que sigue en pie a día de hoy),  un reparto de lujo esplédidamente escogido: Daniel Day lewis, Dicaprio, John C Reilly, Brendan Glesson, Jim Broadbent...(A Cameron Díaz se la podía haber ahorrado, quien por cierto fue la única que no consistió en reducir su sueldo, a pesar de que el resto del elenco lo hizo para hacer posible la producción).

Tampoco podía el gran Marti fallar en la elección del tema principal, que recayó en el cuarteto. El tema "The hands that built América" promete ya desde su título una canción espléndida, en la que Bono incluso se anima a hacer los ecos de tenor, y narra la historia de los inmigrantes que llegaban de todas partes en busca del sueño Americano.

Ese mismo año el tema ganó el globo de oro a mejor canción, y se convertiría también en un claro ejemplo de lo injustos que pueden ser a veces los Oscar. Tras una actuación que hizo saltar las lágrimas al mismísimo Day-Lewis, los chicos perdieron el galardón frente Eminen. Sin comentarios (La cara de Barbra Streissand lo dijo todo)...




The Million dollar hotel (Win Wenders, 2000)

Sin duda lo mejor ( y casi lo único) bueno de esta paranoia de Wenders fue el tema compuesto por  el grupo para la misma: "The ground beneath her feet". La letra se inspira en el manuscrito del mismo nombre de Salman Rushdie, quien quedó muy satisfecho con el uso que el grupo hizo de sus frases.

A pesar de que el tema original es magnífico, lo es mucho más su versión acústica, que os dejamos para quien no haya tenido el placer de escucharlo:



Hay una actuación mejor aún en Italia, ¡pero no hemos podido encontrarla en Youtube!

Across the universe (Julie Taymor, 2007)

Si Bono, que ya hacía una pequeña aparición en The Million Dollar Hotel, quería dar el salto al cine y tener una buena aparición en la gran pantalla, sin duda escogió bien al aparecer en esta (Y nunca nos cansaremos de alabarla) obra maestra de Julie Taymor, como el doctor Robert, haciendo su particular versión de "I am de walrus", de los Beatles. De este modo junto a Joe Cocker, pudo aportar su granito de arena a la adaptación cinematográfica definitiva de los Beatles y su obra, hasta la fecha.

Brothers (Jim Sheridan, 2009)

A pesar de que el tema estaba previsto en el disco "No line on the horizon", quedó fuera de la maqueta final (aunque a nuestro juicio habría sido lo mejor del mismo junto a "Unknow Caller") para ir a parar a los créditos finales de esta desigual película de Sheridan, que por otro lado rescató a Tobey Maguire de su olvido, para demostrar una vez más el actor que nos estamos perdiendo, en favor de los Sam Worthington de turno. 

El grupo hizo varias versiones del tema.

Mandela (Justin Chadwick, 2013)

El biopic del líder Nelson Mandela, hecho con prisas para aprovechar el legado que nos dejaba al fallecer, valió a los chicos de Bono una merecida nominación a los oscars de este año, siendo una vez más injustamente ignorados frente al pastelazo de tema que alguien (quién fuera no nos importa demasiado) compusiera para "Frozen".

A pesar de que el tema era muy superior a todos los nominados, hay que reconocer que Bono siempre se pone nervioso cuando actúa en los Oscar, y mucho.


Mas allá de sus encargos para el cine, son muchos los realizadores que han querido contar con la discografía del grupo para dar vida a sus escenas, y cargarlas de emoción, e incluso citarlos en sus guiones. Vale la pena recordar la escena de "Cuatro bodas y un funeral" en la que un agobiadísimo Hugh Grant trata de quitarse de encima a una ex novia plasta que se lamenta: "Es normal que no me quisieras, siempre creí que U2 era un submarino" , mientras él trata de quitarle importancia: "En cierto sentido su música tiene un toque muy naval".

Pero si hay que destacar una secuencia clave que haga honor a un tema suyo, nos quedamos con aquella de Reality Bites (del gran, grandísimo Ben Stiller, 1994) en que suena "All i want it´s you".
La película, que se convertiría en el estandarte de la generación X, imitada hasta la saciedad en publicidad, videoclips y películas posteriores, se servía de este tema de la banda irlandesa para narrar el periodo de duelo entre los dos protagonistas, culminando la misma con ese apoteósico sólo de guitarra de The Edge (sello inconfundible de la casa, casi o más que la voz de Bono).


Hasta aquí nuestro repaso, esperamos que el cine siga sirviéndose de U2 para contar historias, quizá aún está por venir la secuencia que ensalce aún más (si es posible) temas como "Miss Sarajevo" o "Until the end  of the world". En cualquier caso, y aunque eso no llegara nunca, para muchos de nosotros U2 es ya la banda sonora de nuestra vida.